Los hemangiomas infantiles son tumores benignos producidos por la proliferación de células endoteliales de vasos sanguíneos, con una alta incidencia en niños menores de un año (4-10%), la localización predominante es en la cabeza y el cuello. Se estima que un 12% de ellos requiere tratamiento. Dicho tratamiento debe realizarse según las guías de práctica clínica y la experiencia de los especialistas, las características de los pacientes y las preferencias de sus progenitores.
Existe más incidencia de HI en niños prematuros y en recién nacidos de bajo peso. Algunos estudios relacionan el HI con la edad avanzada de la madre, la gestación múltiple, la placenta previa y la preeclampsia, si bien todos estos factores están relacionados con el bajo peso al nacer y con la prematuridad. Por regla general, los HI tienen 3 fases evolutivas: una fase proliferativa en la que la lesión crece aceleradamente, un periodo de estabilidad y una fase involutiva en la que, independientemente del tratamiento, la lesión se atenúa de color y disminuye de tamaño. La duración de cada una de ellas varía en función del tipo de HI, existen hemangiomas con una nula o mínima proliferación, como los HI abortivos o de proliferación mínima; por el contrario, en ciertos HI generalmente profundos y segmentarios el periodo proliferativo se prolonga más allá del año.